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Bullying y cyberbullying: 3 razones por las cuales hoy es mucho más peligroso

El bullying, en realidad, no es un fenómeno nuevo; ha existido desde el principio de los tiempos. Tampoco es algo que se encuentra solo entre los humanos; ocurre en una amplia variedad de animales y aves, con frecuencia desde que nacen.
Entre algunos tiburones, incluso se sabe que este tiene lugar en el útero, cuando un tiburón antes de nacer puede matar a sus hermanos. Uno podría pensar que a medida que la humanidad ha evolucionado, este rasgo pudo haber sido eliminado en el proceso de socialización. Lamentablemente, este no es el caso. Cada vez que un individuo o un grupo ve a otro como «diferente», esta forma de comportamiento aún persiste. Lo diferente puede estar relacionado con: tamaño, intelecto, sensibilidad a los sentimientos, discapacidades físicas, puntos de vista o cualquier otra cantidad de asuntos
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3 razones por las cuales la intimidación es más peligrosa hoy:
Aunque hay varias razones por las que el bullying o acoso persiste, queremos centrarnos en tres razones por las que puede ser aún más peligroso en el mundo de hoy.

. El concepto de que todos son exitosos
. El poder de las redes sociales.
. La permanente falta de educación para los niños sobre cómo lidiar con eventos dolorosos.

¡Todos son exitosos! Ningún padre amoroso quiere ver a sus hijos entristecidos por alguna sensación de fracaso. Ya sea en los deportes, logros académicos o en cualquier otro emprendimiento, puede ser emocionalmente doloroso ver llorar a un niño. En un esfuerzo por evitar estos momentos de tristeza, muchos padres y educadores bien intencionados han defendido el concepto de que todos son siempre ganadores. Podemos notar esto en aquellas escuelas en las que han eliminado los sistemas de calificación tradicionales y en los eventos deportivos en los que cada niño recibe un trofeo, por mencionar solo dos ejemplos. Aunque estas prácticas son bien intencionadas, a menudo olvidamos que las habilidades que los niños tendrán para lidiar con asuntos difíciles durante su vida se establecen a una edad temprana. El 75% del sistema de creencias de un ser humano se establece a la edad de tres años, con otro 20% establecido a la edad de 15. Donde anteriormente los sucesos en los que no se logró el éxito total se usaron como lecciones de vida para animar a más esfuerzo, ahora estos mismos momentos son celebrados y recompensados.

Por favor, comprenda que no estamos sugiriendo que el «fracaso» es algo que debe promoverse en los niños pequeños en cada oportunidad . Lo que estamos diciendo es que si a los niños no se les enseña, a una edad temprana, que el no tener éxito puede generar sentimientos emocionales tristes, no los estamos preparando completamente para la vida en el «mundo real». Hoy se ofrecen cursos a empleadores sobre cómo lidiar con esta mentalidad generalmente establecida por la generación de millenials en el lugar de trabajo. Una serie de televisión actual, «The Great Indoors», lleva esto al extremo al presentar ejemplos de cuán mal preparados están algunos adultos jóvenes para lidiar con cualquier cosa, excepto los elogios por sus acciones. Si los jóvenes solo tienen experiencia en tratar nada más que con los elogios, es muy fácil ver cuán susceptibles pueden ser a las palabras burlonas de bullying. Cuando no se han proporcionado herramientas útiles para lidiar con eventos emocionalmente dolorosos, los niños no estarán preparados para responder a la negatividad que un acosador siembra a su paso.

El poder de las Redes Sociales
Antes de la llegada de las redes sociales, un acosador tenía una esfera de poder limitada. Podía ser el patio de recreo, el vestier, el vecindario o el lugar de trabajo, por nombrar solo algunos ejemplos.
Con la multitud de opciones que ofrecen las redes sociales, el poder de un acosador se ha multiplicado exponencialmente. No solo se pueden compartir las palabras de un acosador en estas plataformas, sino que con tanta gente que usa teléfonos inteligentes, también se pueden compartir vídeos de momentos menos halagadores. Las herramientas informáticas casi universales han hecho posible incluso editar los videos más inofensivos para convertirlos en imágenes emocionalmente dañinas. Ahora el acosador tiene la capacidad de llegar a una audiencia mundial con hostigamientos brutales. Rara vez pasa una semana en que no haya una historia en las noticias de alguien que haya sido afectado negativamente por las redes sociales o por el acoso cibernético. En algunas ocasiones, el medio de comunicación en sí contribuye al problema al volver a pasar un video desafortunado. Todos hemos escuchado historias sobre personas que estaban tan abrumadas con el nivel de estos ataques negativos, que incluso se han quitado la vida.
Tristemente, mientras las redes sociales nos han traído conectividad con el mundo, algo que alguna vez se consideró inimaginable, también nos ha traído estas consecuencias negativas. Esto no es culpa de Facebook, YouTube o Instagram, sino de algunos de sus usuarios.
Andy Warhol habló sobre los «15 minutos de fama» de todos, pero nunca podría haber imaginado cómo algunas personas podrían abusar de él en ese nivel tan negativo. Este mal uso de las redes sociales es algo casi imposible de eliminar. Si bien algunos sugieren que podría haber formas de filtrar y rechazar ciertas publicaciones antes de la divulgación, esto sería difícil de lograr. También trae problemas con respecto a quién y qué debe censurarse, lo cual nunca es fácil en una sociedad que se enorgullece de la «libre expresión».

Los niños carecen de herramientas para lidiar con los eventos dolorosos
Este problema no es exclusivo de la sociedad actual. La falta de educación que brindamos a los niños para enfrentar eventos tristes de la vida ha persistido desde el comienzo de la humanidad en la Tierra.
Como hemos discutido en artículos anteriores, a la mayoría de los niños nunca se les enseña formalmente cómo lidiar con eventos emocionalmente dolorosos antes de enfrentarlos. La mayoría de las veces, reciben esta información con base en las cosas que los adultos les han dicho, con frecuencia cuando se enfrentan a lo que sus padres consideraron «pérdidas menores». Si bien la pérdida de un juguete, un amigo que se mudó, o incluso aunque una pérdida de una mascota pueden ser muy impactantes para un niño, los padres a menudo descartan estas pérdidas en función de las muchas pérdidas «mayores» que ellos mismos han enfrentado como adultos. Las palabras y las acciones de un acosador pueden traer elementos dolorosos a la vida de esa persona que es intimidada. Si no se establece un mecanismo para permitir que la persona que está siendo intimidada exprese su dolor emocional sin análisis, crítica o juicio, esos sentimientos dolorosos se reprimen por dentro, donde tienden a multiplicarse.
El mundo de hoy es un lugar tan atareado que a menudo los niños se quedan solos para resolver sus problemas. No es que a los padres no les importen sus hijos, es solo que a menudo son ajenos a sus problemas. Si los padres preguntan a sus hijos, «¿Qué pasa?» La respuesta más común es: «¡Nada!» La razón de esta respuesta es que los niños frecuentemente notan que cuando comparten sus sentimientos, les dan razones lógicas o intelectuales por las cuales no deberían sentirse mal.
Como los sentimientos no son intelectuales ni lógicos, esto alienta al niño a simplemente esconder esos sentimientos. Súmele a esto la tendencia de los niños a sumergirse en video juegos o búsquedas en Internet, y es fácil ver porqué es tan difícil la lucha con aquellos que los intimidan. Los días en los que nos sentábamos alrededor de la mesa del desayuno o del comedor y hablábamos sobre los eventos del día han desaparecido en muchos hogares. Cuando ocurren estas comidas familiares, no es inusual ver a todos enfocados en «dispositivos móviles personales». Esta no es una situación que fomente el intercambio de sentimientos personales en un nivel significativo.

¿Cómo podemos hacer la diferencia?

La creación de un lugar seguro para compartir sentimientos es idealmente algo que debe establecerse a una edad temprana. El libro «Cuando los niños sufren» puede ser una herramienta útil para ayudar a crear este entorno. Ayuda a los padres a entablar conversaciones con sus hijos, lo que podría llevar a un apoyo sólido para lidiar con los comportamientos de intimidación.
El mejor momento para presentar esta herramienta a los padres es antes de que se desarrolle una crisis, en lugar de después del hecho. Sin embargo, es importante tener en cuenta que también puede marcar una diferencia real después de los eventos de intimidación. El bullying no se limita solo a los niños, sino que puede ocurrir en cualquier momento de la vida. Puede ocurrir con vecinos, hermanos, compañeros de trabajo e incluso dentro de un matrimonio. El problema es que no es probable que la mayoría de los adultos asocien el acoso como una posible experiencia de duelo. Como resultado, no ven la posibilidad de tomar medidas de recuperación de duelo para ayudar a lidiar con el dolor emocional que están experimentando. Los profesionales del Grief Recovery tienen una oportunidad real de marcar una diferencia duradera y positiva para aquellos que están lidiando con abusadores. Pueden ayudar a los padres de niños acosados ​​con el Programa Educativo “Cuando los niños sufren”. También pueden ayudar a los adultos poniéndose en contacto con ellos con las herramientas que se detallan en el «Manual Superando Pérdidas Emocionales». Estos libros ofrecen un plan de acción para ir más allá de cualquier evento emocionalmente doloroso. La intimidación es algo que nunca debe ser tolerado. Incluso si se toman medidas para detener al acosador en su camino, el dolor emocional infligido puede persistir. Es imperativo que tanto los niños como los adultos reciban herramientas para lidiar con este dolor emocional, en lugar de dejar que tenga un impacto duradero en sus vidas. Los diversos libros y programas del Método Grief Recovery pueden ser de enorme beneficio para aquellos que han sufrido tal experiencia.