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Asumiendo la responsabilidad de tu felicidad

¿Alguna vez has pensado que si alguien se comportara como tú quisieras, serías feliz?
El problema con ese pensamiento es que te convierte en una víctima del comportamiento de otras personas.
«Si realmente fuera mi alma gemela, haría lo que yo quisiera».
«Si tan solo mi jefe me mostrara más respeto, entonces sería más feliz en mi trabajo».
«Si mi hijo dejara de interrumpirme todo el tiempo, no estaría tan estresado».
¿Alguna vez pensaste que si tu esposo se acordara de sacar la basura o tu esposa simplemente gastara menos dinero, entonces serías feliz?
Por supuesto, que puedes llenar una hoja en blanco de la forma que desees, pero si haces que las acciones de otras personas sean las responsables de tu bienestar, nunca podrás ser feliz hasta que ellos hagan lo que tú quieres. Esta es una receta para el fracaso.
¿No sería más empoderador y liberador saber que eres responsable de tus propios sentimientos?
Cuando te centras en que la otra persona es el problema, pierdes el foco.. No puedes cambiar a los demás. No importa lo mucho que quieras. La verdad es que entre más trabajes en tu progreso personal, más feliz serás en tu vida, en tus amistades, en tu matrimonio y en tus relaciones laborales.
Nosotros mismos producimos nuestros propios sentimientos. Aquí hay un ejemplo:
El mismo estímulo puede afectar a dos personas distintas de dos formas distintas. Digamos que dos personas son interceptadas por un conductor de manera inesperada.
Una de ellas responde pisando fuerte el freno, se enoja, le dice algunas palabras que pasaron por su cabeza y luego continúa con su día. La otra persona toca duro la bocina, acelera hasta quedar pegado all conductor que se le atravesó, hace un gesto de enojo con la mano y luego pasa el resto del día contándole a todo el que ve lo horrible que fue la experiencia.
Ambas personas estaban molestas, pero solo una se la llevó consigo.
Estoy segura de que todos hemos pasado por esto ¡pero esto demuestra que tienes una opción!
Probablemente aprendiste que otras personas eran responsables de tu felicidad cuando eras niño. ¿De dónde vino esa creencia? ¿De padres, hermanos, abuelos?
La buena noticia es que ahora eres un adulto, y por lo tanto puedes cambiar tus hábitos y crear tu propio sistema de creencias para tener una mejor calidad de vida.
El dolor y el trauma emocional están detrás de toda la angustia y las creencias negativas en tu vida. Todos venimos a este mundo con una pizarra en blanco y luego acumulamos información errónea y pérdidas que nos frenan como adultos. Podemos ayudarte a identificar qué creencias y relaciones te lastiman más.
Tenemos una solución para brindarte libertad emocional, pero requiere acción. ¡Realiza las acciones!

(Escrito el 27 de abril de 2021 por Allison James)